4 + 1 en Japón

domingo, noviembre 13, 2005

Noticia de pequeñas tristezas


Recuerdo que el ofrecimiento de venir a Japon me llego en un mail que me envio Mar y que lei en un centro comercial de Zaragoza camino a la boda de Berta. Di no pocos botes, y quizas mi euforia fue un tanto cansina para Esther y Javi, asi como para Soraya, a la que la noticia tomo tan desprevenida como a mi, pero con la diferencia de que no era ella quien venia, sino yo. Desde el primer momento me pidio que no perdiera esta oportunidad (tanto a nivel laboral como personal), que me marchara a conocer y a enseñar, si bien tuvimos algun que otro desencuentro furtivo cuando pensabamos en cinco semanas alejados por dos continentes (a saber, España esta en la parte mas occidental de Europa y Japon en la mas oriental de Asia). Aun no sabemos en que nos convertira la vida, pero si finalmente somos actores y/o profesores (las dos profesiones para las que nos hemos formado) es muy probable que viajemos mucho, no siempre en pareja. Sea como sea, mi querida esposa ha preferido verme "volando feliz que mirando al cielo desde mis manos", segun sus propias palabras. Eso no solo la honra, sino que hace que merezca, como minimo, que reconozca aqui y donde sea menester que ella es la number one. No me dedicare ahora a glosar sus excelencias, pues eso lo dejo para momentos mas intimos.

Lo que queria decir con esto es que he llegado a Japon buscando, entre otras cosas, algo de tiempo a solas para encontrarme conmigo mismo y asi re-conocerme y autodiagnosticar mis sentimientos tras la voragine socio-cultu-labora-famili-fratri-cuñadi-sanitario-vito-habitacional que me/nos ha asaltado de unos meses a esta parte. Y ese tiempo a solas me ha encontrado a mi. No me quejo de el (de momento), pues muchos de vosotros sabeis de mi tendencia a ir un poco a mi bola. Pero una cosa es la soledad voluntaria (necesaria, por ejemplo, para poder escribir) y otra cosa muy distinta es el aislamiento involuntario que provoca el saberse rodeado de dibujitos ilegibles que son muy bonitos en los cuadros que venden en el Ikea pero no tanto cuando de ellos depende que puedas llegar a tu casa.

No quiero que malinterpreteis el parrafo anterior: me gusta este pais (para una semana que llevo en el) y no me siento mas o menos triste que en otros sitios. A fin de cuentas he venido a trabajar ocho horas al dia de lunes a viernes y no tengo las 24 horas del dia para hacer turismo. Ademas, ya hago progresos en la lectura de Hiragana y Katakana y aun no me he perdido ni aparecido en otro sitio distinto de donde quisiera ir.
Lo que sucede es mas sencillo: queria encontrarme conmigo mismo y aqui me tengo, enterito, en un lugar en el que no caben distracciones posibles porque no entiendo nada mas que mis pensamientos, la guia de Japon y la impagable guia de conversacion de japones de Lonely Planet. Con el añadido de que ambas guias no estan en español sino en ingles. Por eso me gusta tanto recibir mensajes vuestros.

Asi que, me guste o no, no me queda otra mas que llevarme bien conmigo mismo y con mi mecanismo.

Lo cual no siempre es facil. Pero es necesario.

1 Comments:

At noviembre 13, 2005 11:12 p. m., Anonymous Anónimo said...

Bueno pues muchas de las veces (por no decir casi todas) que yo te he pedido algo, ahí has estado, pues no suele costarte complacer a quien aprecias, de lo cual me enorgullezco, por cierto,asiq si necesitas leernos para que te llegue esa nota españolita y familiar a ese encuentro contigo mismo...pues aquí me tienes, dejándote una mínima expresión de tantas cosas que se me pasan por la cabeza cuando pienso en Ernesto Filardi, para mi...profesor, amigo, confesor, psicólogo, compañero, director y ejemplo a seguir muy a menudo!
dejo las sensiblerias que aún lloro yo también, un besazo hache, con cariño y hasta pronto ;-)

 

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